El gol de Jeisson dio el triunfo y el equipo hizo historia
El destino quiso que todo se jugase en el Torres en el último partido. En un estadio lleno hasta la bandera, con una ciudad volcada y vibrando con su equipo desde horas antes del partido.
El trabajo de todo el año resumido en 90 minuto. El sacrificio de un equipo, un cuerpo técnico, el club y la ciudad que les acompañan en un rectángulo de césped que es capaz de generar las mejores y las peores sensaciones.
Todo aderezado con una situación ya habitual durante la temporada. Un viento en contra que ha golpeado duro en forma de lesiones. Durante la semana se confirmó la gravedad de la de Sotillos y el equipo salió con su nombre en el pecho. Como toda buena familia sabe estar unida cuando más es necesario y así lo hizo. El Burgos salió al Torres con ganas de buscar su plaza de Copa, con empuje y jugando con las emociones de un equipo que se jugaba todo. El Fuenla aguantó y se sostuvo una la figura de un coloso que acabó la liga regular como el menos goleado del grupo:
Biel Ribas. Estuvo siempre secundado por la seriedad de una zaga que se confirma como una roca. El Burgos gozó de ocasiones, pero la más clara la tuvo
Jeisson. Un mano a mano que
Benji se atrevió a sacar cuando toda la ciudad cantaba el gol. Era el minuto 13 y el partido dejaba adivinar que nada sería sencillo. El Burgos siguió aprentando, pero no ahogó. No batió a
Biel y cuando expiraba la primera parte el Fuenla golpeó con fuerza.
Randy saltó y peinó un balón que
Benji no pudo atrapar al chocar con su defensa. El balón muerto cayó en los pies de
Jeisson que la empujó a gol. La primera parte terminaba con el Torres encendido y vibrando con el equipo. Con el equipo desmelenado una vez superada la presión inicial. Así llegó el final de la primera parte.
La segunda parte inició para el Fuenla.
José Fran pidió un penalti,
Randy hizo que
Benji dibujase un paradón abajo… El juego fluía y el Burgos había perdido algo de ese empuje inicial. El camino se allanaba. Nadie se confiaba, pero el campeonato se acercaba. El sueño de toda una ciudad. El equipo escribió con letras doradas el nombre de cada uno de los jugadores en la historia del club.
Los que más tiempo llevan sufriendo y disfrutando el Fuenla se emocionaban recordando las etapas en Tercera y los descensos de Segunda B. Hoy toca celebrar y festejar un hito. Un campeonato histórico. Un campeonato mayúsculo. Mañana seguiremos trabajando para intentar tocar el cielo. Un cielo que cada vez está más cerca. Fuenlabrada hoy sonríe a lo grande. Queda un paso más, pero lo hecho es historia y siempre será recordado.
Más Articulos...
